La corrosión del bronce

Hoy, queríamos compartir con vosotros esta imagen, en la que se puede apreciar una moneda de bronce con diferentes capas de corrosión. A la derecha, tenemos minerales que tienen la misma composición química que los productos presentes en la moneda.

Lo que podemos decir es que, a los metales, tienen tendencia en volver a su estado nativo, ósea que tarde o temprano se convierten de nuevo en minerales.

Cuanto menos noble el metal, más rápida la transformación.

Es por eso que casi todos sufren de corrosión cuando están expuestos a la humedad, al oxígeno y a las sales (entre más cosas, pero estas tres son las más importantes).

El rompecabezas de los restauradores es entonces de saber cual es el límite cuando se limpia un objeto en metal:

¿Esto es la corrosión o el objeto, el objeto o la corrosión?

Gracias a los conocimientos que adquirimos en clase y en las prácticas, podemos acercarnos lo más posible de la superficie original (la buena), dejando el objeto estable y listo para que la gente pueda admirarlo en las vitrinas de las exposiciones.

Aunque la corrosión sea la peor enemiga de los bienes culturales metálicos, hay que admitir que, al estado natural, los minerales son preciosos, ¿no?

Fotos: tesorillo.com (bronce) y Geology Page en Facebook (Cuprita, Malaquita y Azurita)

Moneda de bronce con algunos de sus productos de corrosión: Cuprita, Malaquita y Azurita
Moneda de bronce con algunos de sus productos de corrosión: Cuprita, Malaquita y Azurita

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